Cuando no me dedicaba a la optometría clínica pensaba que llevar lentillas era puramente estético, que la gente se ponía lentillas porque simplemente no le gustaba llevar gafas. Pero cuando empecé a estudiar, descubrí que el uso de lentillas no estaba ligado únicamente a la estética, sino que tiene múltiples ventajas que, como profesional de la visión, me sorprendieron.

Clínicamente, la diferencia en algunos pacientes entre llevar gafas y llevar lentillas se puede traducir en una mayor eficacia visual, y ¿por qué pasa esto?

Nuestra visión es un proceso muy complejo y se construye gracias al desarrollo y la integración de muchas habilidades. Gracias a que, por ejemplo, somos conscientes de todo nuestro campo de visión, podemos movernos con mayor fluidez por el espacio que nos rodea. Las gafas, a veces, pueden disminuir la visión periférica, y por lo tanto, nuestra consciencia del campo visual puede verse alterada.

Otra gran ventaja de llevar lentillas para nuestro sistema visual es que éstas no distorsionan el tamaño de los objetos. Las personas que llevan gafas, al mirar a través de las lentes, ven los objetos mas grandes o mas pequeños, incluso a veces, puede haber diferencia de tamaños en las imágenes entre un ojo y otro, y en este caso, nuestra visión del volumen de los objetos podría verse alterada.

Es por ello que muchos pacientes con ambliopia o estrabismo que tienen mucha diferencia de graduación entre un ojo y otro, pueden verse muy beneficiados al llevar lentes de contacto, porque el uso de lentillas puede favorecer a que nuestro cerebro pueda juntar las imágenes que le llegan de los dos ojos, y así crear volumen de los objetos y podamos hacer un cálculo de las distancias más eficaz.

Nuestros pacientes también sienten todas las ventajas que supone llevar lentes de contacto, así que si estás pensándotelo.. ¡no dudes en preguntarnos! Y si quieres leer más, aquí os dejamos un testimonio de la mamá de uno de nuestros pacientes.

Miriam Jaramillo – Optometrista

Centro de Optometría San Francisco